En plena era de la hiperconectividad, donde cada compra, reserva, pago o registro pasa por alguna app o sitio web, la conversación global sobre ciberseguridad volvió a encenderse gracias al reciente recordatorio difundido por la PDI en redes sociales, donde recalcan que las contraseñas débiles siguen siendo la principal puerta de entrada para delitos informáticos.
Este llamado se alinea con advertencias publicadas por medios de alta reputación como BBC Mundo, El País y CNN, que subrayan cómo el aumento del phishing, malware basado en IA y ataques de fuerza bruta están afectando a millones de usuarios en todo el mundo.
La PDI (según su publicación viral en Instagram) insiste en que las claves que incluyen nombres propios, fechas de nacimiento, “123456”, “password” o variaciones predecibles son prácticamente inútiles frente a las herramientas automatizadas que hoy utilizan ciberdelincuentes.
De acuerdo con cifras reportadas por Forbes y Kaspersky en 2025, un software de fuerza bruta puede descifrar este tipo de contraseñas en menos de un segundo, lo que deja expuestos correos, redes sociales, cuentas bancarias y hasta accesos corporativos sensibles.
Este llamado adquiere aún más relevancia considerando el auge de dispositivos inteligentes en el hogar (desde asistentes como Alexa hasta televisores, enchufes WiFi o cámaras inteligentes) donde cada inicio de sesión es un posible punto débil si la contraseña no es robusta. Expertos citados por The Verge y Wired reiteran que, con el crecimiento de la biometría y los sistemas de inicio de sesión automático, el eslabón más frágil sigue siendo el usuario, que muchas veces usa la misma clave para todo o no la cambia durante años.
El mensaje es simple pero urgente: la seguridad comienza en una buena contraseña, y todo indica que las amenazas seguirán aumentando con herramientas de inteligencia artificial capaces de generar ataques más veloces y personalizados. Medios como La Tercera han destacado que, en Chile, los fraudes digitales aumentaron de manera sostenida en los últimos meses, especialmente mediante accesos no autorizados a cuentas personales donde se reutilizaban claves antiguas o débiles.
