iRobot, la compañía estadounidense que revolucionó la limpieza del hogar con sus aspiradoras robot Roomba, se acogió oficialmente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, un proceso que le permite reorganizarse financieramente mientras continúa operando.
La noticia fue confirmada por la propia empresa y ampliamente reportada por medios internacionales, marcando un punto de inflexión para una marca histórica de la robótica doméstica que durante años lideró este mercado a nivel global.
Según la información oficial, iRobot enfrenta una fuerte presión competitiva, especialmente por parte de fabricantes chinos como Roborock y Ecovacs, que han ganado terreno con modelos más avanzados y precios más agresivos. A esto se suman costos de producción elevados, caída sostenida en las ventas y una importante carga de deuda, factores que fueron debilitando su posición financiera en los últimos años, de acuerdo con reportes de Reuters .
Uno de los golpes más duros para la compañía fue la cancelación de su adquisición por parte de Amazon, una operación anunciada en 2022 por cerca de 1.700 millones de dólares, pero que finalmente fue bloqueada en 2024 por reguladores europeos ante preocupaciones de competencia y uso de datos.
Tras la caída de ese acuerdo, iRobot perdió una vía clave de financiamiento y respaldo estratégico, situación que, según analistas citados por Associated Press, aceleró su crisis financiera.
Como parte del proceso de reorganización, iRobot confirmó que será adquirida por uno de sus principales acreedores y socios manufactureros, lo que implicará su salida de la bolsa Nasdaq y su transformación en una empresa privada. La compañía aseguró que este cambio busca garantizar su continuidad, proteger la marca Roomba y permitir el desarrollo de nuevos productos bajo una estructura financiera más sostenible, con un proceso que debería completarse durante 2026.
Para los usuarios, iRobot ha sido enfática en señalar que los robots Roomba seguirán funcionando con normalidad, que el soporte, las aplicaciones y las garantías continuarán operativas, y que no existe riesgo inmediato para los dispositivos ya vendidos. La quiebra, explican desde la empresa, no significa el fin de la marca, sino un intento por adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y dominado por la innovación en inteligencia artificial aplicada al hogar, un fenómeno que sigue transformando la tecnología doméstica a nivel global.
