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La industria tecnológica se prepara para un 2026 especialmente complejo debido a una crisis global de hardware que ya está afectando los precios y la disponibilidad de componentes críticos como la memoria RAM, las unidades SSD y los chips DRAM y NAND.
Según un análisis de The Verge, la explosiva demanda de infraestructura para inteligencia artificial (en particular centros de datos que consumen enormes cantidades de memoria HBM y DRAM) está absorbiendo la producción mundial, dejando a fabricantes de productos de consumo con una capacidad muy limitada para abastecer PCs, consolas y smartphones.

Una de las señales más claras de esta crisis proviene desde dentro de la industria: Micron, a través de su división de consumo, confirmó que abandonará el mercado de RAM y SSD para enfocarse casi exclusivamente en clientes corporativos y de IA, según reportó PC Gamer.
Este giro estratégico demuestra la magnitud del desbalance entre oferta y demanda, que también ha provocado incrementos históricos en los precios de memoria, especialmente DDR5. Cinco Días (El País) advierte que algunos módulos han duplicado su precio en pocos meses, adelantando que la temporada navideña de 2025 ya fue un anticipo del escenario que enfrentará el mercado gamer durante 2026.
Las consultoras tecnológicas también proyectan un impacto transversal en el mercado móvil. De acuerdo con IDC, los envíos globales de smartphones caerán durante 2026 debido al encarecimiento de sus memorias internas, lo que empuja a los fabricantes a elevar precios o recortar especificaciones.
Las consecuencias no se limitarían a móviles y computadores: el ecosistema gamer podría enfrentar uno de sus años más difíciles. AS/ Meristation advierte que 2026 “será un desastre para PCs, consolas y cualquier dispositivo que dependa de memoria RAM”, debido a los aumentos de precio y a la menor prioridad que están recibiendo los productos de consumo frente a los gigantes de la IA.
Esto podría traducirse en retrasos de nuevas GPUs, consolas que posterguen su lanzamiento, encarecimiento de modelos actuales e incluso menor renovación de hardware por parte de los usuarios. En términos prácticos: armar un PC gamer o reemplazar un SSD podría ser considerablemente más caro y más lento que en años anteriores.